Ultimamente sólo veía oscuridad allí por donde pasaba: mi abuela postrada en una cama de hospital, esperando su fin, un buen amigo que truncaba su vida por una decisión en un momento pésimo...
Las cosas cada vez se ponían de color más oscuro, y no sabía a donde aferrarme, pero un buen amigo decidió concederme un pequeño saliente donde poder aferrarme, viniendo desde Madrid, y así detener por un breve momento mi caída hacia el vacío.
El estado de mi abuela tenía muy mal porvenir, algunos días estaba bien, como al siguient fatal, y los médicos nos decían que en uno de esos bajones, no habría un nuevo ascenso. Por otro lado el amigo de la decisión errónea, no hacía sino agravar su situaciíon cometiendo nuevos y peores errores. El pequeño asidero del amigo de Madrid se resquebrajaba por momentos.
Pero un buen día, recibí una llamada reconfortante, un tal Liberman me comento que el amgo descarriado había tenido una aparente gran mejoría, lo que me propició un gran gorlpe de fortaleza para aferrarme con más fuerza al pequeño saliente de esperanza. Pero pocas horas más tarde, recibí la fatídica noticia que me desconsoló por completo; la lucha de mi abuela, había terminado, con la victoria del bando contrario. Y aunque después de tantos dçias de agonía, se supone que ya lo tienes asumido, cunado llega el momento es muy duro y dificil asuumir que un ser querido te ha dejado. Y no contentos con eso, ahora es cuando vienen todos los trámites del funeral y el entierro...
No os compadezcais de mi, aunque se que eso significa que os importo y lo valoro muchisimo más de lo que creeis.
Un ferviente saludo a mi reducido séquito de lectores. Hasta la proxima entrada.
Marmitako de Limako
Hace 13 años